Muchos de nosotros
nos hemos preguntado en algún momento de nuestra vida, ¿podremos
salir de esta? Cuando se nos ha presentado alguna prueba o situación
en la que nos vemos atrapados como con cadenas que parecen
imposibles de romper. Existen momentos donde incluso hemos levantado
nuestra vista al cielo en aras de desahogo y exclamación, esperando
alguna señal divina de mejora o liberación sin recibir de manera
inmediata resultado alguno. Creo que todos nos hemos sentido
ahogados, abatidos o caídos cuando vemos que nuestros esfuerzos
sobrehumanos no son suficientes para lograr superar la prueba que
estemos pasando. Siempre encontraremos pruebas en nuestra vida, son
parte vital en el proceso de mejoramiento personal, son el peso que
genera la tracción suficiente en nuestro simbólicos cauchos para
salir del conformismo, la indiferencia, la apatía, la inercia y la
inactividad. Sin ellas sería imposible posible reconocer, aprender y
progresar. Todos aquellos que nos hemos visto en esa situación,
hemos logrado aprender y entender que dichas pruebas de la vida han
logrado moldearnos y cambiarnos, nos ha vuelto más fuertes y
valientes, más dedicados y diligentes pero, como podemos hacer para
que las otras personas que están pasando por una situación similar
entiendan lo que nosotros entendemos ahora? A mi parecer, pienso que
es imposible ver la luz al final del túnel cuando se esta al
comienzo de él, pero algo que sí podemos hacer para ayudar a las
personas que pasan por esas situaciones es brindarle apoyo
incondicional.

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